sábado, 28 de agosto de 2010

Y la ultraderecha conquistó Washington

Un día tal como hoy, un 28 de agosto, Martin Luther King pronunció a los pies del Lincoln Memorial su famoso discurso de "I have a dream". 47 años después se ha producido otro acontecimiento histórico en el mismo lugar. Con el nivel de popularidad de Obama por los suelos (más de la mitad de estadounidenses desaprueban su labor como presidente) y un movimiento de ultraderecha cada vez más grande y más activo, el controvertido comentarista de la FOX, Glenn Beck, convocó a todos los americanos en un acto para "restaurar el honor de la nación". El Lincoln Memorial está a diez minutos andando desde mi residencia, así que esta mañana acerqué sin pensarlo dos veces.

No es que fuera mi primera vez en una manifestación derechosa (ni la segunda, ni la tercera...), pero esto me sobrepasó.Y es que los de la manifestación contra el aborto eran un puñado de hippies comparados con estos cientos de miles de ultraconservadores.


Si la foto, hecha desde el Washington Monument, es impresionante, meterse entre la multitud lo era aún más. Pastores y reverendos proclamando pasajes bíblicos o enmiendas de la Constitución. Sureños con sombreros de la guerra de Independencia que procesionaban crucifijos. Moteros ondeando banderas de la Guerra Civil. Adolescentes con camisetas de Obama con un bigote a lo Hitler (o a lo Chaplin...). Padres de familia acarreando bolsas de deporte de contenido bastante dudoso cuando mirabas que llevaban una gorra de la NRA (Asociación Nacional del Rifle)...



A lo largo de la mañana aparecieron numerosos personajes de la vida social y política americana: presidentes de clubs de fútbol americano y de baloncesto, personalidades religiosas, congresistas, senadores, descendientes de Martin Luther King, columnistas, comentaristas políticos... así hasta que la estrella del día hizo su aparición. Sarah Palin salió al escenario y la multitud empezó a vitorearla.

Thank you, Thank you very much. Aren't you so proud to be an American?



Hace un par de días, hablando con un republicano, le pregunté: "And what do you you think of Sarah Palin?". "Well... I'd fuck her" me respondió. And he may have a point there. Traduciendo su respuesta a mi idioma, quiso decir que Sarah Palin, a pesar de ser estúpida y saber de política lo que yo sobre comida nigeriana, es una figura pública que tiene mucho carisma y tirón para una gran parte del movimiento conservador americano.

Después del discurso de Palin, fin de fiesta, himno nacional, embotellamiento en toda la ciudad y más manifestaciones contra Obama en diferentes partes de la ciudad. Bastante entretenido la verdad, y es que si algo tiene Washington es el olor a política y a democracia detrás de cada esquina.

Sea como fuere, el aniversario de Martin Luther King ha sido un día histórico para América pero un día verdaderamente negro para Obama...


miércoles, 25 de agosto de 2010

En estado de sitio

La verdad es que quería hablar de muchas cosas antes de este post, pero los datos de los que me he enterado hoy y el poco tiempo que tengo no me permiten posponerlo, así que iré al grano.

Todo el mundo sabe que los americanos están preocupados de forma obsesiva con la seguridad. Es algo que después del 9/11 todos podemos entender aunque tengamos que sufrir sus medidas de seguridad en nuestras propias carnes. También entiendo que el hecho de vivir a dos manzanas de la Casa Blanca obligue a reforzar la seguridad en mi universidad. Entiendo que para usar los ascensores tengas que utilizar tu identificación. Entiendo los helicópteros sobrevolando la zona. Entiendo que haya agentes de la CIA, del FBI y de otras 12 agencias de seguridad americanas alrededor. Puedo llegar incluso a entender los francotiradores en los tejados... Pero lo que ya me parece excesivo son los escoltas, los botones del pánico o las rutas de evacuación de la ciudad.

Escoltas: "Imagina que estás paseando por el campus pero sientes que algo no va bien, te sientes inseguro. No lo dudes y llama a nuestro teléfono. Un coche de la policía de la universidad (sí, sí, la universidad tiene un cuerpo de policía propio con cerca de 150 oficiales) acudirá en unos segundos a tu localización para escoltarte hasta donde tengas que ir y lograr que te sientas seguro"


Botones del pánico: "Si sientes alguna amenaza próxima, no lo dudes: pulsa uno de los botones del pánico distribuidos por el campus y corre hacia el edificio iluminado más próximo. Una patrulla de policía se dirigirá hacia allí al instante para garantizar tu seguridad." En la foto es una de esas señales de "emergency" con una sirena de policía en la parte de arriba.


Evacuación de la ciudad: "Si sientes que se avecina un ataque nuclear que va a arrasar la ciudad, no lo dudes, coje tu kit de emergencia y tu tarjeta de la universidad y sal de la ciudad ordenadamente y sin obstruir las salidas por una de las rutas de evacuación que encontraréis en la página 15 del folleto Crisis in D.C."


No creo que haga falta añadir nada más... ¡Están locos estos americanos!

viernes, 20 de agosto de 2010

The U curve of cultural shock. Fase II

O eso es lo que pensaba... Sin embargo, a las pocas horas de pisar territorio americano entré de golpe en la segunda fase.

Fase II "I hate America"

Durante esta fase todo lo que veía me parecía no sólo diferente sino verdaderamente digno de ser odiado: la gente, la comida, los coches, las tiendas... absolutamente todo. Esto me llevo a sacar tres probablemente precipitadas y generalistas conclusiones:

1) Americans are big

Y con esto no me refiero a que sean obesos (que sí, lo son) sino a que en su mente lo bueno tiene que ser grande.

Es cierto que Washington fue pensada como una ciudad monumental, la capital de la nación, una ciudad con la que asombrar a nacionales y extranjeros. La única pega es que no a todos nos parece que lo grande sea lo mejor. Por muy anchas que sean sean las avenidas, por muy grandes que sean las columnas, por muy altos que estén los techos siguen sin tener atractivo. Y mucho menos viniendo de Europa. Somos el continente de los relojes suizos, de los bombones belgas y los minis ingleses... Lo siento Miss America, pero no nos impresiona lo grande.

2) Americans are stupid

Nada más llegar a Washington fui a dar un paseo por el Mall, donde se encuentran todos los monumentos. Ya suponía que allí iba a encontrar turistas que venían de todas partes de Estados Unidos, pero la primera impresión fue demasiado...intensa.

Cientos de paletos sureños equipados con sus elegantísimas riñoneras de rigor se arremolinaban en las escaleras del Lincoln Memorial en una feroz pugna por conseguir la foto más original del día: fingiendo que sujetaban el obelisco de Washington, que se apoyaban en él, que lo abrazaban... incluso un visionario de la fotografía tuvo la genial idea de simular que era su pene. Como véis la creatividad en plena ebullición.


Horrorizado por esta mezcla de patriotismo de pandereta y palurdismo en estado puro intenté buscar el último refugio de intelectualidad americana. ¿Dónde? ¿Dónde puedo encontrar gente que no quiera fingir que tienen penes de piedra de 180 metros? ¡El museo de arte! Así que me dirigí corriendo hacia el museo mientras miraba con desdén al resto de turistas que seguían en busca de su foto.

Cuando llegué al museo un perspicaz guardia de seguridad me detuvo y... bueno, mejor reproduzco la conversación directamente:

— Guardia: Excuse me sir, is that a laptop bag?
— Yo: Hmm... yes.
— Guardia: And is there a laptop?
— Yo (mordiéndome la lengua para no decir "¿Hoooola?"): Yeah, I have a laptop.
— Guardia: Then you are gonna have to carry it in your hand.

A partir de ahí decidí callar y hacer lo que me pedía. Dejé la bolsa en consigna y me quedé con el ordenador. Supongo que los kleenex que guardaba dentro de la bolsa eran mucho más peligrosos para las obras de arte que el ordenador. ¿Quién sabe lo que habría pasado si me pongo a agitar uno a gran velocidad delante de un Picasso...? Mejor no probarlo, que no quiero acabar con los tesoros del arte occidental...

Bueno, pues ordenador en mano entré en el museo y me pasée como nunca había hecho en un museo, oséase, sin dedicar un mínimo de cinco minutos a cada cuadro. Paseaba por los pasillos decepcionado. Cuatro Tizianos mediocres y un más mediocre aún Da Vinci eran las estrellas de la colección. De repente vi un grupo de personas atendiendo atentamente a un guía. Un señor hizo una pregunta mientras señalaba las túnicas de un ángel, la clave del cuadro de Van Eyck que estaban observando. "¡Al fin!" pensé, alguién que parece que sabe algo. Intrigado me acerqué a ver qué decían.

— ... donc le symbolisme religieux parle dans chaque détail...

Mais non! C'est pas posible! ¡Gabachos! Mi gozo en un pozo; el presuntamente inteligente americano resultó ser un francés. Por una fracción de segundo pensé que ese pueblo de comecroissants chovinistas no era tan odioso, que quizá tuvieran algo interesante que ofrecernos, incluso que podían ser mejores que los americanos... Cuando recuperé la razón, preocupado por lo que había llegado a pensar decidí salir del museo y probar suerte en otro: el museo de Historia Americana. Mis impresiones sobre el museo se pueden resumir con la siguiente fotografía:



En efecto, esos zapatos, esos "national treasures", son los zapatos rojos que llevaba Dorothy en "El mago de Oz". ¿Qué son los Tizianos comparados con estos zapatos? ¿Acaso pueden los Tizianos llevarte desde Kansas hasta el misterioso reino de Oz? No. ¿Acaso puedes calzarte un Tiziano para cruzar un camino de baldosas amarillas? No. Estos sí que son un tesoro nacional...

Dejando aparte ya la ironía, ¿en qué cabeza cabe que esto pueda ser considerado como uno de los objetos de mayor valor para la nación más poderosa de la Tierra? Es como decir que la boina de Pepe Isbert en "Bienvenido Mister Marshall" o que los puros de Sara Montiel son los grandes tesoros del patrimonio español... Simplemente absurdo. Todavía no acababa de entender la jerarquía de valores americana...

3) Americans are fake

Cada vez que intentaba hablar con uno de ellos, una pantalla se desplegaba delante de mi (delante mía para Cartagena). Es como si estuviera hablando delante de un robot muy avanzado que intentaba mantener una conversación pero no acababa de entender el significado de lo que se estaba diciendo.

Para ilustrar esto intentaré explicar lo que de verdad quieren decir los americanos con algunas frases:


Frase
Significado

That's a great idea, but...
That's a bad idea

Sounds great
It's fine

I'll have to think about it
I have thought about it, and the answer is no

I wish I could
I have very little interest

That's [really] interesting
I couldn't care less

Keep/Stay in touch
Don't expect to ever hear from me again

How are you today Sir/Madam?
I am paid to make conversation with you


Y así podría seguir con cientos y cientos de frases que se oyen constantemente.

La última de las conclusiones era quizá la más inesperada y la más difícil de manejar. En el fondo me daba igual si les gustaban las cosas grandes o si no entendían de arte. Lo que verdaderamente se me hacía difícil era el no poder entender su lenguaje. Necesitaba la comunicación, pero me parecía imposible. O al menos al principio, porque conforme avanzaban los días...

PD: No quiero se me malinterprete con esta entrada. La gente que me conoce y suele hablar conmigo sabe que a lo largo del día digo muchas burradas y suelo despotricar contra medio mundo. Sabéis que no es que me dedique a juzgar desde mi torre de marfil, sino que me divierte el analizar y ser crítico. Dicho esto, al igual que cuando hablo, no toméis en serio más de la mitad de lo que digo.

jueves, 19 de agosto de 2010

The U curve of cultural shock. Fase I

Cuando llegué a Washington y me monté en el todoterreno estaba a la expectativa, como cuando vas al cine a ver una película de la que has oído hablar mucho, pero que quieres juzgar por ti mismo. De repente, al otro lado de la ventanilla del coche todos los tópicos americanos comenzaron a agolparse en unos pocos minutos: autobuses amarillos llevando a los niños al colegio y hockey mums recogiéndolos después, carteles en el jardín mostrando el apoyo a Vince Davis como juez del distrito o a Joe Smith como sheriff del condado, hombres enormes comiendo enormes hamburguesas en coches enormes... Sentía que todo era muy americano, demasiado americano... y los primeros días me sentía raro, desubicado, sin saber qué es lo que estaba haciendo allí.

Una tarde lluviosa llegué a la oficina internacional de la universidad para hacer el registro. Coreanos, chinos, japoneses, hindúes, holandeses, colombianos... decenas de nacionalidades en una pequeña sala de espera con algo para picar y periódicos de todo el mundo para pasar el reto. Me senté en un sofá y comencé a observar a la gente. Al momento una idea pasó por mi mente, pero me resistía a aceptarla. ¿Yo? ¿En tres días? Era prácticamente imposible.

En 1954, el antropólogo canadiense Kalervo Oberg publicó un famoso artículo sobre las dificultades de adaptación y describió el fenómeno del choque cultural como un cúmulo de emociones dispuestas en forma de U con una duración media de 3 o 4 meses. ¡3 o 4 meses! No podía tener nada que ver con lo que me pasaba a mi. Sin embargo era eso exactamente. Estaba en shock cultural, pero la primera fase ya la había pasado...mucho antes de llegar.

Fase I "The honeymoon"

Durante esta fase la persona que entra en contacto con esa cultura pasa a admirarla en todos sus aspectos. Yo siempre había admirado a los Estados Unidos. Para mi eran un ideal moral a seguir. Como decía Thatcher "Europe will never be like America. Europe is a product of history. America is a product of philosophy." Y es que un pueblo que ama la libertad y odia los impuestos tanto como yo tenía que enamorarme. O eso es lo que pensaba...


miércoles, 18 de agosto de 2010

There we go!

Muchos me pedistéis que creara un blog contando mis experiencias, pues bien, aquí está. Rápido, sin mucha elaboración, pero me sirve por el momento para lo que quiero, que es empezar a escribir ya.

Quizá debería empezar este blog como todos, despidiéndome, recordando a gente o comentando quién soy, pero las despedidas necesarias ya están hechas (abrazos, bla, bla, bla...raíces, bla, bla, bla...), las personas a las que tengo que recordar las recuerdo cada día y el que no sepa quién soy pues... I'm Deivid Barrancous, pleased to meet you!

Así que, sin más dilación... There we go!

PD: Las opiniones y comentarios vertidos en este blog (aunque sea por mi mismo) no son mi responsabilidad o como decía mi profesor de matemáticas: "Te lo afirmo en privado, pero te lo negaré en público"