Como lo oís. Parece ser que hoy he violado gravemente la seguridad. Desde que estoy en este país ya he tenido un par de encuentros con la policía (por tener la música demasiado alta en mi piso, por acompañar a un borracho que se puso a mear frente a una sinagoga, o como aquí lo llaman, cometer un atentado antisemita...), pero el de hoy se ha llevado la palma.
Todo empezó esta mañana. Hoy no tenia clase hasta las 11 y como llevaba un par de días sin apenas dormir por los exámenes pensé que podría aprovechar para descansar, pero estaba equivocado. De repente una alarma comenzó a sonar. Era la alarma de seguridad de la residencia, un sonido similar al chillido de los nueve Nazgul al unísono acompañado por flashes y relámpagos, como un pequeño simulacro del Juicio Final especialmente diseñado para hacerte salir. No era la primera vez que sonaba, ya la había escuhado alguna vez y me había tocado desalojar el edificio. De hecho si no hubiera sido la CUARTA vez que se oía en día y medio habría bajado también, pero ya era demasiado, así que me coloqué los cascos, me puse la música a tope y a seguir descansando.
Pocos minutos después, viendo que llegaba tarde a clase, me vestí corriendo, engullí un tazón de Cheerios y fui corriendo hacia los ascensores. Los habían inutilizado. Salí a galope por las escaleras de emergencia y cuando llegué a la entrada (en la foto) me encuentro bajo una intensa lluvia a toda la gente de la residencia en la acera de enfrente y a una pareja de policías que al verme comienzan a señalarme y a gritar "He's got a bag, he's got a bag". Me acerqué a ellos para intentar explicarle que yo vivía en el edificio y que lo más peligroso que iban a encontrar en mi bolsa era el filo de mis hojas de apuntes. Cuando se convencieron de que podían hablar conmigo sin mantener la mano sobre la pistola, me dijeron que les diera mis datos y que había recibido una sanción por violar la seguridad. ¡Violar la seguridad! No me lo estaba creyendo... Si lo único que no quería era llegar tarde a clase. Me despedí de aquel gorila concentrando todo mi odio en la sonrisa más grande que pude articular en aquel momento e intentando no pegarle a un grito a una argentina que no paraba de preguntarme "¿Pero David, por que bajaste tan tarde?".
Llegué a clase empapado, nada más entrar me resbalé y casi me parto la cabeza contra una butaca. Si no había sido ya bastante con dar la nota en la residencia, también tuve que llamar la atención en todo el auditorio... Todas las cabezas se giraron hacia mi, pero bueno después de lo que me acababa de pasar, esto era una mera anécdota.
Puede parecer que este asco de día había acabado ahí, pero no. Ahora tengo que soportar el cachondeo de mi compañero de piso, que ya me llama "el terrorista" y me sonríe cuando se oye una sirena de policía, y las incómodas miradas de la gente cuando cojo un ascensor, que no puede evitar preguntarme: "What happened this morning with the cops? Are you alright?"
Así que ya veis, que soy una amenaza para la seguridad... Pues nada, ya sea desde aquí o desde las celdas de aislamiento de los sótanos del FBI seguiré informando.Fdo: Deivid, "the red level threat".